Decirle adiós a un empleado: La oportunidad para dejar huella.

Prescindir de los servicios de un empleado, es una situación compleja para todos los involucrados: el responsable de tomar la decisión, el que debe irse y el equipo que se queda. La coyuntura empresarial en Colombia nos obliga a poner este tema sobre la mesa, pero ¿cómo se pueden mejorar estos procesos? Lea a continuación.
Ser ‘humano’
Para determinar si un empleado puede continuar o no en su organización, entran en juego varios factores: la sostenibilidad del negocio, el talento humano, la dinámica empresarial, el beneficio común y el contexto de Colombia, entre otros. A pesar de la razón, si tiene que decirle ‘adiós’, el mensaje debe ser lo más transparente y profesional posible. Pero ojo, es primordial demostrar empatía por el otro, Tatiana Ballén, consultora de Gerencia Selecta lo define así: “Tratar de ser humano con ese ser humano. Muchas veces el colaborador no sabe por qué se va y no le dan argumentos de peso…simplemente pasó”. Por esto, si la situación lo permite, es conveniente darle un tiempo de aviso a la persona para que busque otras alternativas en el ámbito empresarial y logre recomponerse.
Llegado el momento póngase en los zapatos del otro y piense en cómo le gustaría que lo trataran. Demuestre gratitud y solidaridad, a veces preguntas tan sencillas como: ¿Qué puedo hacer por usted? o ¿cómo se siente? permiten que la persona se desahogue, se sienta valorada y logre cerrar el ciclo. En este caso, las reglas para el diálogo no aplican, lo importante es que sea genuino. Por último, es recomendable que esta conversación cuente con un intermediario, ya sea la psicóloga de la organización o un líder del área de Recursos Humanos que vele por el bienestar de la persona.
Nota a los jefes
No es común que los directivos estén preparados para manejar adecuadamente el despido de sus empleados. Esto va más allá de un tema legal y de cómo decir las cosas; debe establecerse un camino antes, durante y después de la toma de la decisión. También es importante autoevaluarse: ¿Qué hice por esta persona?, ¿cómo reaccioné?, ¿cómo puedo mejorar la gestión del talento humano?, ¿qué podemos hacer desde el área de Recursos Humanos?. Preocúpese por el estado emocional de sus empleados, pero también por el suyo; procure no involucrarse demasiado en el plano emocional.
Si usted y el lugar donde trabaja, tienen la capacidad de ofrecer un servicio de outplacement o “reubicación”; hágalo, brindarle apoyo a sus ex-empleados en la búsqueda de nuevas oportunidades es la verdadera muestra de gratitud. El acompañamiento también es clave para la organización y el talento humano que se queda; ya que motivarlos y estar en constante comunicación, evita los sentimientos de incertidumbre y malestar. Recuerde que el trato que recibe un empleado hasta el último día, definirá por siempre la percepción acerca de usted y la esencia de la empresa.
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