La transformación es el momento para demostrar liderazgo

La coyuntura encontró a cada empresa en un nivel diferente de preparación y capacidad de respuesta. Todas deben reconocer que la medicina más poderosa para recuperarse es su talento humano y el liderazgo.
La capacidad que tiene el líder para empoderar a su equipo, es fundamental para superar las adversidades exitosamente. Al hacerlo, aprovecha el potencial máximo de cada miembro y se libera de preocupaciones que pueden nublar la toma de decisiones. Este empoderamiento depende de gestionar tres pilares clave en el talento humano: la confianza, el aprendizaje y el desarrollo. Aunque esto no es nuevo y son dinámicas deseables en cualquier organización; su implementación supone enfrentarse a retos como los afanes del día a día, la falta de autoconocimiento de los colaboradores, o una cultura muy arraigada. Visualice este momento como una oportunidad y no como una crisis; transforme positivamente las dinámicas de trabajo y fortalezca las relaciones interpersonales. Las acciones de liderazgo que se lleven a cabo durante estos primeros meses, serán relevantes para que las organizaciones prosperen a futuro.
La confianza dentro del equipo y hacia el líder, se gana y debe estar en constante construcción. Por tal razón, es recomendable optar por un estilo de liderazgo adaptativo, evitando imponer su punto de vista o enfocarse en prevenir un posible resultado negativo. Recomendamos que hable de frente con su equipo sobre las expectativas y riesgos de cada nuevo reto, que reconozca la coyuntura y comparta la información disponible. De esta manera, involucra activamente a su equipo permitiendo la creación de mejores soluciones entre todos.
Cuando el talento humano aprende y usa el conocimiento colectivo, puede aportar mucho en los equipos. Se trata de establecer una comunicación multidireccional, no solo vertical descendiente del jefe a sus subordinados. Seguramente cada miembro del equipo tiene ideas valiosas, que pueden potenciar el desempeño de todos y convertirse en soluciones de cara al cliente. Para identificar qué tanto se promueve el aprendizaje y el conocimiento colectivo, pregúntese: ¿Cuáles cambios implementados últimamente han sido propuestos por su equipo?. Es común encontrar estilos de liderazgo que insisten en llevar las cargas solos; sin embargo la situación ideal es que se apoyen en su equipo y lo hagan crecer.
El desarrollo y la proyección del talento humano, son responsabilidades compartidas entre la organización, el líder del equipo y el colaborador. La curiosidad debe nacer de las aspiraciones y capacidades de cada persona, pero la organización debe propiciar un liderazgo que genere el ambiente propicio para nutrir este proceso. Debemos revisar cómo es la interacción de los líderes con su equipo ¿Por lo general se orienta al componente funcional o técnico relacionado con los resultados del negocio? o ¿Son comunes los espacios para conversar a nivel personal?. Es importante que el líder conozca cómo se siente cada miembro del equipo con los retos que encara al corto, mediano y largo plazo (tomando en cuenta los tiempos y los recursos disponibles). Genere conversaciones y conozca sus intereses, así podrá delegar las tareas que mejor desempeñen.
En este momento, las organizaciones necesitan líderes, más que jefes que se definan por organigrama. Individuos con capacidad de liderazgo, que trabajen hombro a hombro con su equipo para construir los cambios que se necesitan y salgan fortalecidos al nuevo mundo que empieza a tomar forma.
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