¿Tiempo de partir?

Quedarse sin trabajo es una realidad que en algún momento de la vida, muchos podemos enfrentar. Pero, ¿cómo lo asumimos positivamente? No todo está perdido, más bien es una gran oportunidad para hacer una pausa y replantear el rumbo, alineando sus aspiraciones personales con las profesionales. Aquí le damos algunos consejos.
Acepta los cambios
El trabajo brinda estabilidad a nivel económico, profesional y personal. Ser despedido cambia esta realidad, hace que el “norte” definido ya no esté tan claro y que salgan a relucir inseguridades: ¿Será que no sirvo para esto?, ¿encontraré lo que me gusta?, ¿cómo le doy la noticia a mis familiares?, ¿cómo haré para seguir adelante?, ¿cómo voy a pagar mis obligaciones?. Esta es una situación tan compleja que algunos lo comparan con el sentimiento de duelo. Despedirse de los compañeros y de la rutina; a la vez que se enfrenta a una nueva realidad desconocida, genera sentimientos de pérdida y añoranza.
Por esta razón, desahogarse y sanar son una prioridad. La recomendación es buscar ayuda lo más pronto posible, empiece por apoyarse en su círculo íntimo y si siente que necesita un consejo profesional, las sesiones de coaching o las terapia psicológicas son una gran opción. Así puede evaluar cómo se está sintiendo e intentar transformar esta emoción en una actitud positiva. No todas las personas cuentan con la fortaleza para aceptar el cambio, ser optimistas y evitar estancarse en el interrogante: “¿Por qué yo?”. Es importante cerrar el ciclo y entender que no es un tema personal, es una decisión empresarial que se sale de sus manos.
Empiece a tratarse como trataría a los demás, intente ser compasivo con usted mismo. Mejore su diálogo interno, reconozca las conversaciones negativas y préstele atención a los patrones. Según Tatiana Ballen, consultora de Gerencia Selecta: “la emoción debe sanarse, sino la inseguridad puede afectar su autoestima y bloquear futuras oportunidades laborales”. Sepárese de la crítica interna y, por qué no, de la de los demás.
Negocie
Llegó la hora de sentarse a conversar con el jefe de Recursos Humanos. Es esencial saber cuándo puede contar con el último cheque, si puede cobrar por las vacaciones pendientes, hasta qué fecha tiene cobertura su plan de salud y verificar si es candidato para una indemnización. Esta información le va a servir para organizar su presupuesto mensual, evitar gastos innecesarios y estar preparado para lo que se viene. Si la empresa cuenta con un servicio de outplacement o de transición; aprovéchelo, al estar familiarizados con sus capacidades pueden conectarlo con el trabajo ideal.
Por otro lado, cuide la relación con su ex jefe, pues lo más probable es que su nuevo empleador le pida referencias sobre usted.
Manténgase en el radar
La noticia del despido puede tomarlo por sorpresa, por eso es importante mantener una red empresarial dentro y fuera de su oficina. Estar actualizado sobre lo que buscan otras compañías, los avances de su carrera y el talento humano que exigen los headhunters, le permitirá encontrar trabajo más rápido. Los contactos pueden darle consejos reales y decirle cómo podría potenciar su perfil antes de lanzarse al ruedo. Acorde con Susan Peppercorn experta en coaching y colaboradora de la publicación Harvard Business Review: “Hacer networking y plantear escenarios hipotéticos lo mantendrá flexible, resiliente y en control de su destino laboral”.
Descubra más
Es tiempo de reflexionar: ¿Cuál es su propósito?, ¿cuáles son sus valores innegociables?, ¿cuáles son sus sueños?. El despido es la oportunidad para encontrar un trabajo que se acerque a sus metas laborales y sea coherente con su propósito de vida. Las sesiones de coaching lo ayudan a autoconocerse, a descubrir sus nuevas fortalezas y a sanar su autoestima. Reforme su hoja de vida y perfil de LinkedIn mencionando sus últimos logros, sus nuevas ambiciones y los demás hallazgos de su coaching.
Para cerrar, recuerde que el secreto para superar esta pérdida, es vencer el miedo y volver a tener fe en sí mismo.
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